miércoles, 23 de noviembre de 2011

Carlos Luis Ortíz y el sonido de las puertas

Carlos Luis Ortiz Moyano (Alausí - 1979) Poeta, comunicador social, catedrático universitario, con estudios de maestría en Estudios de la Cultura con mención en Literatura Hispanoamericana en la Universidad Andina Simón Bolívar con sede en Quito. En el 2005 obtuvo la primera y única mención de honor en el Concurso Nacional de poesía Jorge Enrique Adoum, en el 2009 obtiene una mención en el concurso internacional de poesía el Verso Digital organizado en Andalucía España con un texto titulado Un lugar sin estaciones, en el mismo año obtiene el primer lugar y premio único en el Concurso Nacional de Poesía Ileana Espinel. Obtuvo un premio en la Bienal de poesía de Tungurahua con el poemario Los duelos de un infante. Primera mención de honor en el Concurso Nacional de Poesía César Dávila Andrade 2011 con el poemario Almacén. Ha participado en varios recitales en diferentes ciudades del Ecuador y en proyectos culturales con el colectivo ya desaparecido Machete Rabioso. En la actualidad radica en Guayaquil y se dedica a la docencia y a la investigación. Ha publicado Zigzag del solitario, Lírica para vagabundos, Los duelos de un infante, así como en revistas y en blogs dentro y fuera del país. Próximamente publicará Almacén por la Universidad de Cuenca y otros textos en Dadaif Cartonera.


Miseria de circo



Hoy, como los tramoyistas desgastados en su luneta vacía,
ebrio, como el payaso que colecciona narices desechas de otros payasos,
con el mejor número para alegrar y hacer llorar a todos,
con la vianda rebosante de veneno,
con alpiste para alondras que apostaron sus ojos
y aprendieron a beberse la sombra,
hoy, con un trapecio de celofán, de papel manteca,
con la parsimonia que la miel riega sobre las manzanas.
Hoy, con miseria de circo he vuelto a amarte,
como se urge del látigo y del acial para doblegar a las bestias.
Con la mano empuñando el arco donde se mece el fuego,
con el monociclo y su costra de sueldas,
con la carpa y su urdimbre de remiendos.
Hoy, con el espesor de las cuchillas y con su afán por atravesar al valiente,
con las espuelas que los gitanos identifican a sus gallos,
con el sombrero estridente de un mago asesinado.
Hoy con miseria de circo he vuelto a amarte.





Noche Antigua

Esta noche que es ya antigua en el poema
traza calles en el vientre de la telaraña,
 en la escultura de porcelana que ideó
una cartografía del silencio.

Esta noche carga
todas las comidas vacías,
la disecación de cien bocas,
o el vapor que no se levanta de su tumba de arena.

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