martes, 29 de noviembre de 2011

Se nos viene el Encuentro y tenemos a Giovanni Salvatore Bayas, confirmado!!!!



 
Estudiante de Comunicación Social en la Universidad Casa Grande, Guayaquil-Ecuador. Miembro del taller literario "El Quirófano", dirigido por el escritor Guayaquileño Augusto Rodríguez. Ganador de la 2da Mención de honor en el V Festival de poesía joven "Ileana Espinel" 2011. Participante de la XXI Feria internacional del Libro 2011 en La Habana, Cuba. Ha sido publicado en revistas literarias locales y está por publicar su primer libro.


EL DELIRIO DE ALICIA
"Y desde entonces,
–añadió el sombrerero con una voz tristísima-
el tiempo cree que quise matarlo.
Ahora son siempre las seis de la tarde".
Lewis Carrol

I



Entre arbustos asfixiados en ceniza, envuelta en su desnudo avanza Alicia; con sus tacones fosforescentes que resplandecen bajo las hojas cuando se revuelca con el día.
Compite con la luna una sonrisa infecto-contagiosa de burdel, con la que rocía el delirio dentro de mi sombrero de copa.
Y aunque robe pálidas amapolas de las ventanas para maquillar las ojeras que le ensombrecen el rostro, seguirá siendo una puta.


II
Relegada por los años, Alicia destierra el pasado al eclipse de su memoria. Se balancea entre narcotizados pistilos, recordando la inocencia que cayó, mientras el tiempo huía delante de ella.
Cautiva del desenfreno, sería capturada por los aromas de un capullo que se abre a destiempo, hasta acostumbrarse al país donde los diálogos son exclusivos del lenguaje de su cuerpo.
El sendero de retorno se ha nublado entre esquirlas de desengaño y el humo de las secreciones. Aunque se harte del olor de los estambres en primavera, le será imposible regresar. Los espejos ya no reconocen su cuerpo.


III
Ella acaricia el algodón que se escurre de su cama, mientras seduce niños con la miel de sus ojales y discreta les tiende el camino hacia su entrepierna.
Embriagado por su sexo, la persigo entre un césped de colillas hasta adentrarme en sus gemidos y quedar atrapado en el laberinto de su cuerpo; espiral convexa de veneno donde asoman un par de nardos sin germinar.
Alicia es un parque herrumbrado, donde los huérfanos se masturban arrojando las flores orgásmicas que adornan su cabello. Al verla correr tras la noche que apagó con su aliento, no lo podría ocultar. Me he quedado con el néctar de su cuerpo.

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