martes, 29 de noviembre de 2011

Jossué Baquero Gallardo!!!!!!! (yeAh!!!)


(Tena, 1990) Estudiante de Comunicación de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, y de Cine en el Instituto de Artes Visuales de Quito. Su libro de poemas, “Geografía de un pueblo que se asentó al pie de los Andes” (2011) obtuvo una mención de honor en el Concurso Nacional de Poesía en Paralelo 0. Un conjunto de poemas suyos, “Clípeo” (2011) fue uno de los ganadores del Concurso Nacional de Poesía organizado por la Casa de la Cultura, a través del taller literario “El Retorno”. Algunos de sus textos han sido publicados en revistas digitales e impresas del país.  


primer tríptico: la ciudad

[1]

propongo levantar un espejo al final de la calle
o construirnos hasta la vera de un lago cristalino
o llevar el concreto hasta los ríos que no hacen espuma
reproducir esos rostros -que se han congelado en las ventanas- en las gotas que se
suspenden sobre las hojas como pastillas
me refiero a la transustanciación del cuerpo quieto en la calle
            hacia la polilla que representa en sus alas muertas lo discreto del quietismo.  


[2]

están las calles llenas de personas como envolturas.
cada niño es una bolsa de huesos y agua arrojando basura por la ventana
arrojando partes de sí mismo
para llenar las calles con algo en dónde reconocerse luego.
ahora hablo de los charcos como filosofía del reflejo propio en el entorno
            del otro que conduce su auto sobre el charco y no lo reduce
            sólo lo dispersa.
describo a los puentes como membranas y a los edificios como panales
            hablo de su discreto frenesí orgánico. 


[3]

registro a la ciudad como cuadro de Francis Bacon.
encerrada.
            sus esquinas llenas con el hedor de la res destazada sobre el hombre 
            de la res que nombra cada crucifixión y decora cada parto.
me refiero a la res que nos hace ver como Cristos sangrantes y malolientes
            como si fuésemos en realidad sólo parte de la carne
                                              y de la sangre.

sin embargo las vísceras vaciadas de la bestia
nos recuerdan un poco a nosotros mismos: a un estudio para autorretratos donde haga falta deformar el grito: el rostro.

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